Ilumina tu mood: Cómo la iluminación afecta tu estado de ánimo y maneras de usarla correctamente
¿Sabías que la iluminación tiene mucho que ver con tu ánimo? ¡Aquí te decimos por qué la luz influye en cómo nos sentimos! Entra y descúbrelo.
Después de una larga semana de trabajo, lo único que quieres es relajarte y olvidar todo lo malo de la rutina, ¿no? Todo va bien, pero después de un buen rato, notas que te sientes algo decaído o simplemente sin ganas de hacer nada. ¿Quieres saber por qué te pasa esto? ¡A continuación te contamos la razón y cómo combatirla con luz!
Empecemos con lo básico, pues la razón puede ser lo que menos esperas… Revisa tus espacios, ¿predomina la oscuridad? Si este es el caso, puede que te sientas así por falta de iluminación en tu vida.
No es broma: diversos estudios han demostrado que tanto la luz natural y artificial afectan tu estado de ánimo por medio de su color, temperatura e intensidad, factores que se involucran en una variedad de procesos en los que nuestro cuerpo produce serotonina, que como podrás saber, es una sustancia que influye directamente en cómo nos sentimos diariamente. Piénsalo: incluso si los días nublados son tus favoritos, cuando se prolongan por mucho tiempo puede que experimentes algo de melancolía.
Esto es lo que pasa: cuando nuestro no recibe iluminación, la serotonina se reduce y provoca bajones en tu ánimo, mientras que cuando nos exponemos a ella, los niveles suben, provocando que todo se vuelva más positivo para ti. Esta situación aplica tanto en exteriores como interiores y, si bien no podemos controlar la luz afuera, sí podemos encargarnos de que nuestra casa u oficina tengan un nivel de iluminación que te permitan disfrutar más cada momento y enfocarte mejor para hacer tus actividades.
Comencemos con lo básico: la luz natural. Si tu espacio carece de ventanas o espacios suficientes por donde pueda entrar, deberías considerar invertir en ellos. Si colocas más, asegúrate de que sea en puntos estratégicos que te permitan iluminar correctamente sin provocar molestias.
Ahora que tratamos esa parte, enfoquémonos en la luz artificial. Primero que nada, responde esta sencilla pregunta: ¿para qué necesito este espacio? La respuesta determinará el tipo e intensidad de iluminación que necesitas. Si lo que buscas es concentración, instala luminarias potentes que mantengan tu entorno brillante, pues esto influirá positivamente en tu desempeño, sin embargo ten cuidado, ¡el exceso lumínico puede provocar que sientas incomodidad y ansiedad!
Cambiemos un poco el rumbo. ¿Necesitas darle vuelo a tu creatividad? Aunque vas a necesitar un buen nivel de brillo, lo recomendable es que sea de menor intensidad a lo tradicionalmente encontrado en espacios de trabajo; prueba usando tonos orientados a los neutros y cálidos (apunta a un nivel entre 2800°K y 4500°K), esto te permitirá crear el balance perfecto entre comodidad y eficiencia, que influyen de forma notable en actividades que requieren ingenio y mucho pensamiento.
Ahora, olvidémonos del trabajo y pensemos en una tarde de relajación absoluta; los expertos en iluminación recomiendan iluminar espacios de convivencia (como la sala o los cuartos) con tonos enfocados totalmente a lo cálido (2800°K – 3500°K), además, la intensidad de la luz deberá ser mucho menor. Para lograr este efecto acogedor, prueba iluminando con luminarios de pared, que distribuirán la luz de manera gentil a lo largo de todo el cuarto. Recuerda, ¡el objetivo en este caso es hacer que el espacio invite a hacer todo lo que tenga que ver con relajación!
Ahora ya lo sabes: la luz influye en tu estado de ánimo más de lo que imaginas. ¡Recuerda visitar nuestra página web para encontrar los focos y luminarios perfectos para lograr la iluminación ideal en cada espacio!